Un patrocinio es una oportunidad para estar con quien tú elijas y donde tú elijas, una especie de matrimonio que comparte valores y objetivos. En Brabante, pensamos como quien tiene un lienzo en blanco qué o a quién nos gustaría patrocinar.
Eventos, personas, deportes o conciertos, todos ellos maravillosos se marchaban por el limbo de lo inalcanzable envueltos en cifras que para nosotros son astronómicas (por no hablar ya del fútbol o los conciertos, patrocinados por gente de nuestro sector, que no competencia, y que se enmarca a la altura de las ondas gravitacionales en cercanía a nuestras cifras).
Pero, aunque somos pequeños, también somos tozudos y algo lanzados; y quisimos patrocinar lo que más nos ilusionaba y lo que más nos acercaba a la gente con la que nos gustaba estar: el TALENTO.
Ese regalo de la naturaleza, la divinidad o la suerte que distingue a pocos de muchos. Que hace que el mundo se mueva hacia lugares mejores pero sobre todo más divertidos y más bonitos, hacia lugares donde la creación de cosas y momentos sea el motor de la ilusión colectiva.
Y así decidimos declarar nuestro amor por el talento; si unos patrocinan a un Formula 1, otros la Champion´s League y otros la Liga o a la mitad de los famosos de España, ¿por qué no podemos patrocinar nosotros el TALENTO? Y creamos #welovetalent.
Y entonces llegó él, Nacho Vigalondo; con Carlota y su visión del amor. Con un corto infinito en talento que nos embelesó. No le pedimos nada, más que una colaboración y él nos lo dio todo. Seguimos en esa fábrica esperando que Carlota vuelva; es más, lo exigimos.
Y después nos casamos con Andrea Bagney. Dos veces. La primera con un corto llamado DOHA, de planos infinitos que fueron el preludio a otra colaboración costumbrista, brillantemente sencilla y que nos arrancó sonrisas al principio y carcajadas al final. En los Gallitos, que debería tener la nominación al Oscar por la mejor preparación para salir por la noche.
Y ahora seguimos recorriendo esa carretera del talento de la mano de artistas y creadores artesanos, creadores de lo pequeño desde el taller. Donde el detalle convierte a lo pequeño en mayúsculo, como por ejemplo Bárbara y sus Platos de Pan. Y dentro de poco la primavera inundará con flores únicas de talento, para dar paso a muchas otras acciones trufadas de talento y detalles.
Estamos cómodos donde el cuidado y el amor hacen que las cosas se conviertan en especiales y diferentes, como las cervezas de Brabante. Creadas desde la nada por gente que se ha apoyado en el talento de mucho para construir algo de lo que estamos muy orgullosos. Por eso hacemos welovetalent y Brabante.
