Andrea Bagney, directora y guionista de ‘The Gallitos’

Se aproxima el estreno de ‘The Gallitos’, el último cortometraje de la directora y guionista Andrea Bagney. Aprovechamos la ocasión para entrevistar a la cineasta y conocer, de primera mano, más detalles sobre su proyecto y su particular visión de la industria del cine.

Andrea Bagney, The Gallitos

¿En qué momento decidiste dedicarte al cine?

Desde adolescente quise hacer cine, pero con la edad, las presiones y los miedos me acabé quitando la idea de la cabeza. A los 25 años, un día decidí dejarlo todo e ir a por lo que de verdad quería.

¿Quiénes son tus grandes referentes?

Hay directores que me encantan por los temas que tratan, porque me emocionan sus historias. Otros directores me parecen grandes genios en su manera de ejecutar las cosas, en su forma de dirigir en general. Scorsese por ejemplo, me parece un genio absoluto al que directamente trato de copiar cosas. También me gustan mucho Billy Wilder, Woody Allen, Coppola y Fincher, por decir algunos.

¿Qué nos puedes contar de ‘Max: a Doha story’, tu primer trabajo?

 El proyecto todavía no está cerrado. Estos días lo han proyectado en la Muestra Internacional de Mujeres en el Cine y la Televisión de México. Estuvo hace poco en un festival de Londres, en Portobello, en un día en el que se proyectaban películas españolas. Aún tengo pendiente ver si lo enviamos a más festivales españoles o si directamente ya lo compartimos con todo el mundo a través de Internet. Los festivales dan prestigio, pero ya tengo ganas de colgarlo en Internet: en vez de matarlo, darle vida eterna en la red.

¿Disfrutas más escribiendo o dirigiendo?

Son dos placeres muy diferentes. Escribir es más intelectual, es un juego con tu propio cerebro, es una creación en la que tú tienes el control de todo. Cuando escribes puedes hacer lo que quieras. Eres totalmente libre para crear. Dirigir, por otro lado, es un gran trabajo en equipo en el que el director sólo es un artista hasta cierto punto. Lo que hace es sacar el arte de los demás. Tienes que conseguir que cada cual de lo mejor de sí mismo, coordinados al mismo tiempo. Eres menos libre, porque tienes miles de restricciones por todas direcciones, y lograr el resultado es como una aventura en la que no sabes cómo vas a salir vivo de ahí. Tienes que aceptar que pierdes el control, para poder controlar la situación.

De todo el proceso de hacer una película, ¿qué momento prefieres?

Los ensayos con los actores, porque no tienes la presión del rodaje. El rodaje es un 50% de adrenalina y emoción y otro 50% de miedo, estrés y angustia. Sin embargo, en los ensayos con los actores tienes muchísima libertad. De repente ves que lo que tú has escrito y los personajes que tenías en la mente se convierten en realidad. Eres completamente libre de crear junto con los actores, y es la primera vez que algo que era sólo tuyo empieza a ser de varios. Es lo más bonito porque además estáis todos relajados, disfrutando. Ahí estás jugando de verdad. Para mí el actor es un creador al 100%, pero es un creador que quiere crear lo que el director quiere que cree, o sea es un creador muy generoso. Lo que más me gusta es jugar con ellos.

¿Por qué crees que hay tan pocas mujeres directoras?

Por un lado, creo que es un tema generacional, como en cualquier otra profesión. Por otro lado es verdad que es un mundo bastante machista. Yo me he encontrado en muchas situaciones en las que he tenido que tragar saliva, hacerme la tonta y seguir adelante. No nos lo ponen fácil. Sí estoy segura de que dentro de diez años habrá muchas más mujeres directoras y dentro de veinte años muchísimas más.

THE GALLITOS

CartelTheGallitos

Después de un año y tras los premios cosechados por ‘Max: a Doha story’, te lanzas al ruedo con tu segundo cortometraje: ‘The Gallitos’.

¿Cómo surgió la idea?

La idea es de Antonio, mi marido. Es una historia que me contó hace tiempo y yo me moría de la risa. Le decía que habría que hacer un corto y un día me decidí a hacerlo. Escribí el guión, dibujé un storyboard y, para mi sorpresa, Brabante decidió apoyarme cuando se lo enseñé.  Ha sido un gran cambio para lo que estoy acostumbrada a hacer, pero espero hacer muchas cosas muy diferentes a lo largo de los años.

¿Te ha costado mucho hacer la película? ¿Qué fue lo más difícil?

Cuesta muchísimo. Incluso teniendo el apoyo de Brabante, que entró en el proyecto desde el primer momento como patrocinador. Hice un cálculo de lo mínimo que me podía costar rodarlo, pero por supuesto nunca es suficiente. Siempre surgen imprevistos que hacen que se multipliquen los costes. Además, cuando hay un gran equipo implicado, el director se puede centrar en lo suyo. Pero hacer un corto low-cost implica hacerlo todo, y eso supone muchísimo desgaste. Por eso creo que hay tanta gente que se queda en el camino: no por falta de talento, sino porque acaban perdiendo la energía. Yo empecé con este proyecto hace un año y estoy terminándolo ahora. Cuando no te quedan energías tienes que descansar, pero hay que volver a sacarlas, no te puedes rendir nunca.

Respecto al protagonista del cortometraje, ¿cómo definirías al joven actor Gustavo Rojo? ¿Qué nos dirías de la experiencia de rodar con él?

Sobre Gustavo, sólo puedo decir que aunque tenga 20 años, nadie lo diría: tiene una madurez espectacular, parece que lleva interpretando toda la vida. Tiene una energía que nunca decae, siempre está concentrado al cien por cien, totalmente entregado a lo que está haciendo. Se toma su profesión muy en serio, y como en cualquier otro arte, aquí tanto cuenta el talento, que lo tiene, al máximo, como la entrega. Ha sido una maravilla trabajar con él. Estoy segura de que llegará muy lejos, y yo podré decir orgullosa que trabajé con él cuando todavía no era conocido.

¿Cuál es tu opinión sobre la situación actual del cine en España?

Pienso que se han juntado dos cosas. Por un lado la crisis, y por otro el cambio que está habiendo en la industria debido a las nuevas tecnologías. Están desapareciendo muchos oficios y la tecnología está reduciendo el número de personas necesarias para realizar el mismo trabajo. Esto es triste se mire como se mire. Por supuesto me gustaría que el Gobierno protegiera más el cine, primero como parte fundamental de la cultura y educación de un país, pero también como industria, porque da de comer a miles de personas.

Al mismo tiempo, se está democratizando el hacer cine. Hoy en día casi todo el mundo tiene acceso a la tecnología necesaria para poder rodar una película. Sólo se necesita la energía (¡a falta de dinero!) Eso hace que aumente la competitividad entre nosotros, que es buenísimo, y que pronto hará que suba el nivel en general. Gracias a la tecnología y a Internet somos más libres. No sólo está cambiando la forma de hacer cine, sino de distribuirlo. Pienso que en el mundo del cine estamos viviendo en el momento con más oportunidades en la historia, y precisamente cuando están cayendo los grandes dinosaurios es cuando los nuevos pueden subir.

Para finalizar, ¿ya tienes en mente el próximo proyecto?

 Sí, ya tengo otro corto escrito que rodaré a lo largo de 2015, y estoy acabando de escribir un largo que espero poder rodar en dos o tres años como mucho.

¡Muchas gracias!

The Gallitos

En Brabante Cervezas estamos encantados de poder apoyar a Andrea, uno de los nuevos talentos del cine español, en su segunda y divertida aventura.

Os esperamos el próximo jueves 23 de octubre en Cine Cinesa Proyecciones, para disfrutar juntos del estreno de ‘The Gallitos’, el fantástico cortometraje que, sin duda, dará mucho que hablar.

Echadle un vistazo al tráiler de «The Gallitos».


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